martes, 22 de febrero de 2011

Ojalá pudiera detener el tiempo...

Nunca renuncies a aquello que te gusta, siempre y cuando sea legal y moralmente admitido, aunque ambos  términos cada vez sean más confusos y difusos…
Siempre es necesario disfrutar de una humeante taza de café, o en su defecto, ese chai tea latte del Starbucks en  un “vaso de papel” por el que pagas un ojo de la cara pero que, a su vez, nadie consigue superar. Es necesario disfrutar de tu ciudad a las 9 de la mañana  con el fresquillo matutino y volverla a disfrutar de noche, cuando sales de un día duro de trabajo, y te detienes a pensar qué le ha podido pasar durante el tiempo en el que has estado ausente, pues nada es igual a lo que recuerdas haber visto esa misma mañana. Es necesario que cierres los ojos, o con ellos abiertos, sueñes despierto mientras escuchas esa magnífica canción que te trae recuerdos o te lleva a un mundo  en el que nada es imposible y el cual llevas anhelando desde que eres consciente de tu existencia.  Es necesario que disfrutes cada segundo de esa conversación que te sirve para descargar todas tus frustraciones y angustias tras una larga jornada, ya que es gratificante saber que la persona que tienes frente a ti o que se encuentra al otro lado del teléfono escucha cada momento con atención, pues sólo existís tú y tus palabras en ese momento.  Es necesario que disfrutes de cada palabra que escribes o cada palabra que lees, porque todas ellas llevan un sentimiento encerrado o un mensaje escondido que debes descifrar. Pero, sobre todo, es necesario disfrutar de cada segundo del día, pues es un segundo que ya no volverá, pero decidirá tu futuro.
Es por ello que voy a disfrutar de las pequeñas cosas que, aunque parezcan absurdas y ridículas (una invitación de Starbucks que me han mandado hoy, mi nuevo rol como moderadora en un foro, una taza de café mientras trabajas, recibir un mensaje de un amigo en el móvil…), son las que hacen que me levante cada mañana y libere mi mente de la monotonía :)


domingo, 20 de febrero de 2011

Mira más allá de lo que ves...

Deja de agachar la cabeza y cubrirte los ojos con tus manos. En una ocasión te pregunté “¿Cuál es tu límite?” y tú me respondiste “ninguno”. Mírate ahora, cuerpo sin vida y ávido de calor, el cual anhela aquel tiempo atrás donde la luz inundaba  hasta sus más profundos y ocultos sueños. ¿Dónde han quedado aquellas ilusiones? ¿Quién te tortura y te condena a permanecer en ese estado? No debes olvidar jamás que nunca es tarde para volver a ponerse en pie y caminar. Los sueños siempre te seguirán y la esperanza permanecerá, tan sólo debes dejarte llevar y no desesperar, pues tu eres la protagonista de tu propia historia y tu eres quien escribe el  guión. Tu novela es una obra maestra que abarca los más diversos géneros literarios y tú, sólo tú, puedes dar vida a su protagonista y decidir lo que ocurrirá en la siguiente página ;)